Cuando se habla de remo, se habla del Waco

Hace poco, durante el desarrollo de la Copa 26 de julio de remo, se decía que uno de los grandes atletas de la disciplina en Varadero y en Cuba, estaba hospitalizado por determinada enfermedad.

Roberto “Waco” Ojeda, ausente entonces, se extrañaba en el escenario del Canal de Paso Malo. Entre paletadas sus compañeros, los veteranos del remo, hacían recordar los momentos de gloria en este deporte, esos que también protagonizó Waco.

Este reportero se sorprendió en los últimos días al conocer la noticia de su deceso, triste fallecimiento que las informaciones refieren como resultado de una afección neurológica.

Le conocí el pasado año durante una recepción realizada a los mejores remeros de Cuba en el Grupo Empresarial de la Construcción de Varadero. En conversación con él conocí de sus medallas de oro en Panamericanos y de su participación en Juegos Olímpicos.

Me contó del sacrificio por esta disciplina, de la pasión que generó en él, habló de sus compañeros y contó sus experiencias sobre las embarcaciones, como histórico timonel de los equipos cubanos.

No por haber fallecido hablo así del Waco Ojeda, sino porque en ese primer encuentro me marcó la sencillez de este hombre, la transparencia de un atleta que dedicó su vida al remo.

Recuerdo que al final de la entrevista me dijo, “gracias por acordarte de nosotros, los remeros.” Yo creo que la historia de la disciplina lo recordará, y siempre, cuando se hable de este deporte, cuando alguien converse sobre el tema, se tendrá que mencionar, inevitablemente, el nombre de Roberto “Waco” Ojeda.